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No seas como esta persona... (si quieres motivar a otros)

Imagínate esto:

Estás tratando de ponerte en forma (como no lo habías hecho en años) y decides ir al gimnasio a entrenar.

Te subes a la caminadora y, justo cuando comienzas, se para a tu lado un hombre y te dice:

"No corras así. Lo mejor es incrementar la velocidad y la inclinación."

Tratas de ignorarlo y concentrarte en lo tuyo (mientras te esfuerzas por no decirle lo raro que es...)

A los pocos segundos el intruso se acerca a ti de nuevo y te dice:

"Ahora empezarás a sentir dolor en tus pies..."

Pero, entonces se descuelga y comienza a contarte:

"Cuando yo empecé a ejercitarme tenía miedo de hacer correr rápido, pero entonces decidí superar mi miedo y subirle a la velocidad.

Por eso, tú debes de ir más rápido. ¡Ese es el camino hacia una mejor salud!"

¿Cómo te sentirías si hubiera vivido esta experiencia?

Seguramente, no muy cómodo.

Junto a ti, tenías a una persona que, quizás, estaba buscando servirte genuinamente con su conocimiento y experiencia, pero que la forma en la que lo hizo te incomodó mucho más de lo que te ayudó.

Cuando estamos buscando convencer y motivar a alguien para que lleve al cabo alguna acción benéfica para él mismo como:

- Inspirar a tu equipo de trabajo a dar mejor servicio.
- Impulsar a nuestros hijos a esforzarse en la escuela.
- Persuadir a tu mejor amigo para que deje de fumar.

Es muy común que cometamos el error que hizo este hombre: hacer que todo se trate de ti y perder de vista las necesidades de la otra persona.

Aunque tus intenciones sean buenas, tus resultados pueden ser todo lo contrario.

Servir a otra persona, implica estar dispuesto a desprenderte de tu ego y hacer aquello que a ella la haga sentir mejor (esto implica, a veces, evitar hablar de ti y demostrar por qué el camino que tú seguiste es el adecuado).

En las empresas, es muy común encontrar líderes que están tan enamorados de la forma en la que ellos lograron sus metas que no conciben la posibilidad de que los miembros de su equipo puedan seguir un camino distinto y terminan por restringir sus pasos y limitar su éxito.

Servir a alguien más (incluso como su líder) implica aprender a desprenderte de tu historia (y de tu ego) y entregarte a ayudar a la otra persona como ella lo necesita.

Como siempre digo debemos de pasar de la antigua regla de oro:

"Trata al otro como te gustaría que te traten"

Por la nueva regla de oro:

"Trata al otro como el otro necesita ser tratado"

Recuerda, cada miembro de tu equipo, cada cliente y hasta cada uno de tus hijos puede estar viviendo un camino diferente al que tu viviste ¡y eso está bien!

Como líder, tu responsabilidad es respetarlo y permitirle experimentarlo exactamente como él lo necesita.

Recuerda que no todas las personas necesitan lo mismo y que los grandes servidores saben identificar qué es lo que cada quien requiere y adaptarse a él para ayudarlo a que lo obtenga.
Espero que este mensaje te haga sentido y te aporte valor.

Con cariño,

Carlos Agami

PD. Recuerda, servir es el camino...
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