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Ésta es la razón por la que no obtienes los resultados que mereces

Hace 3 años, unos meses después del nacimiento de mis primeros hijos (unos cuates que transformaron mi vida con su llegada), vivía frustrado y deprimido.

Aunque trabajaba más fuerte que nunca (además de dormir poco por tener 2 recién nacidos en casa) los resultados en mi negocio simplemente no se daban.

Había probado casi todas las estrategias que estaban a mi alcance para incrementar la venta:

- Google Ads.
- Estrategias de referidos.
- Participar en EXPOS.
- Hacer llamadas en frío.
- Generación de contenido para redes sociales.

Y prácticamente nada me funcionaba.

Me despertaba a las 5:00 am para llegar muy temprano a la oficina y "hacía como si trabajaba" por 12 o 13 horas.

(eso sí, procuraba regresar a casa a bañar a mis hijos)

Pero simplemente no lograba mis objetivos.

Hasta que comprendí que aunque conscientemente quería mejorar mis ingresos y mi calidad de vida, dentro de mí prefería seguir viviendo igual.

La situación que vivía me daba algunos beneficios que podría perder si las cosas cambiaran:

1. Podía contarme la historia de la víctima (y como otras personas eran responsables por mis resultados y mi infelicidad).

2. Me daba un espacio conocido y seguro. Aunque aparentemente no me gustara, vivir en esa historia me daba certidumbre.

Aunque en el exterior yo tomaba acciones para cambiar mi futuro y mi presente dentro de mí yo no creía merecer el resultado.

Y esto me hacía inconscientemente sabotear cualquier esfuerzo por mejorar mi negocio.

Esta experiencia me enseñó que, aunque queramos creer que nuestro trabajo está separado de nuestra vida, verdaderamente son parte de lo mismo.

Lo que vivimos todos los días es un reflejo de lo que sentimos, de lo que creemos que merecemos.

En el último año he tenido el privilegio de conversar con empresarios de distintos tamaños que reconocen que necesitan ayuda.

Como todos, piden apoyo en temas que están en la superficie:

- La estrategia comercial.
- La inspiración de su equipo.
- Su experiencia de compra.

Pero verdaderamente tienen un freno mucho más poderoso dentro de ellos: sus propias emociones.

Como lo dice mi gran amigo y mentor Marcus James:
Tú eres tu negocio.
(y tu negocio eres tú)

En su libro "El Mito del Emprendedor, Michael Gerber plantea que los empresarios tienen que aprender a separar su negocio de su identidad personal.

Y aunque coincido con Michael en que nuestro estado de ánimo no puede estar sólo atado a los resultados de nuestro trabajo,  no estoy de acuerdo con él.
Yo creo que el trabajo es un viaje espiritual.

Estoy convencido de que el trabajo es un camino para nuestro crecimiento.

Los retos profesionales diarios, no sólo ponen a prueba tus habilidades como ejecutivo, sino que también construyen nuevas creencias y reflejan la realidad que hay en tu interior.

Para reconocer y recibir todo el crecimiento personal y las recompensas que el trabajo puede darte:

Reconoce que estás viviendo la realidad que tú mismo estás creando y hazte responsable de ella.

Identifica cuáles son las lecciones que tus retos profesionales te están queriendo enseñar. 
Trabaja en cuestionar las creencias que te tienen estancado ("que el trabajo tiene que ser difícil", "que quién no sufre no está trabajando suficiente", "que no te mereces los resultados)

Y deja de creer en una técnica mágica de negocios que cambiará tus resultados, si no estás dispuesto a cambiar el negocio dentro de ti.

Como lo dice Anthony Robbins:

"El 80% del éxito en la vida es la psicología, el 20% es la técnica". 


Gracias,
Carlos Agami
P.D. - Recuerda, servir es el camino hacia tu propósito.


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