No importa cuál era tu posición antes de que comenzara la pandemia: quizás eras el líder de tu industria o quizás eras el retador. Pero ahora, eso no importa.
Los clientes, como nunca antes en la historia, están abiertos a escuchar nuevas alternativas.
Este suceso los sacudió de formas que no se habrían imaginado y los forzó a cuestionar sus decisiones.
Así que esta situación puede ser tu mayor bendición o tu peor castigo (y todo depende de ti).
Los clientes de hoy están conscientes de su poder como consumidores. Saben que tienen muchas opciones y que puede acceder a ellas muy fácilmente.
Por ello están acostumbrados a recibir lo mejor para ellos o cambiar de marca o empresa (con la mano en la cintura).
"Gracias por decirme lo que he escuchado muchas veces, Carlos. Pero entonces, ¿Qué hago?"
La respuesta es simple y se resume en 3 palabras y 3 acciones:
Identidad. Define quién eres, qué personalidad tendrá tu marca. Recuerda que nadie se siente atraído por una marca gris que es igual que todas las demás.
Empatía. Deja de pensar en ti y en cuán maravillosos son tus productos o servicios y comprende cuáles son las necesidades reales de tu cliente (ADVERTENCIA: Probablemente no coincidan con lo que hoy les ofreces y eso está bien).
Consistencia. Alinea la experiencia que les das para satisfacer sus expectativas y posicionarte como esa marca diferente y especial.
De esta manera, lograrás aprovechar la gran oportunidad que esta recuperación económica representa y harás de ella un punto de inflexión en tu historia y la de tu negocio.
Si necesitas ayuda para diseñar o para mejorar la experiencia que les das a tus clientes, sólo respóndeme a este correo y con gusto te apoyaremos.
Con cariño,
Carlos Agami
PD. Recuerda, servir es el camino...