BLOG

EL SÍNDROME DEL CHEF TERCO

Imagina esto:

Un chef francés muy especializado trabaja con mucho ahínco para construir un menú que le guste a sus comensales.

Luego de meses de trabajo, termina por crear los platillos que cree que conquistarán paladares.

Abre su restaurante y comienza a recibir clientes.
Muy emocionado, se dedica a promover su platillo estrella: un pollo a las finas hierbas sazonado con albahaca y pimienta negra.

Cada vez que entrega este platillo a un mesero para ser llevado a una mesa, se siente ansioso y emocionado de recibir halagos por su gran receta.

Pero, entonces, si ilusión se rompe:

Cada cliente que prueba su pollo a las finas hierbas hace gestos de asco y pide que se lo cambien o que le den una salsa para cubrir el sabor tan fuerte de las hierbas y especias.

¡El chef no lo puede creer!

¡Cómo puede ser que no les haya gustado su receta maestra!

En vez de aceptar la crítica y hacerle ajustes, se aferra más a ella y piensa

(los clientes no saben apreciar el valor de la buena cocina francesa, ¡son unos incultos!)

¿Qué crees que pasará si continúa ofreciendo su platillo sin hacer ningún ajuste?

¡Adivinaste!

Al poco tiempo su negocio quebrará.

Seguramente estás pensando

"gracias por la fábula (y por recordarme a un personaje de la película de Ratatouile de Disney), pero ¡qué carambas tiene esto que ver conmigo!

En realidad, muchos de nosotros somos como ese chef terco:

- Presentamos una propuesta al mercado (una empresa, un producto, un servicio, una experiencia de compra).

- Cuando nuestros clientes o prospectos interactúan con ella nos dan su retroalimentación (ya sea con sus palabras o con sus decisiones de compra).

- Pero comúnmente decidimos juzgar como que "ellos son los equivocados" y nos aferramos a nuestra propuesta exactamente como el chef terco.

Cuando te dispones a servir a otros y te aferras a tu forma de hacerlo (sin adaptarte a la retroalimentación) estás perdiendo de vista el objetivo primordial de todo:

Darle a otras personas lo que ELLOS necesitan. Y no hacer que consuman lo que tú necesitas darles.
Servir a los demás es tan sencillo cuando te apropias de este simple concepto.

Escucha la retroalimentación (expresada y oculta) de tus clientes y dales lo que piden (no lo que tú quieres darles).

Debo reconocer que yo soy culpable frecuentemente de ser "El chef terco" y de obsesionarme con mi oferta, más de lo que me preocupo por las necesidades de mis clientes.

Pero, trabajo todos los días en adaptarme a ellos y darles lo que necesitan.

(y cada vez que lo he hecho he recibido recompensas increíbles).

Así que: despréndete de tus recetas y mejor adáptate a lo que tus clientes te piden y podrás servirlos como ellos lo necesitan y recibir las recompensas que esperas.
Si quieres recibir ayuda en este proceso para crear una experiencia de compra que deleite a tus clientes y te haga recibir lo que necesitas, sólo responde a este correo.

Espero que esto te haga sentido (y si no, me encantaría saberlo para poder adaptarme )

Con cariño,

Carlos Agami

PD. Recuerda, servir es el camino...

Carlos Agami, Shopology y Estoy Para Servirte son Marcas Registradas | Todos los Derechos Reservados ©2021