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EL HÁBITO QUE TE HACE INFELIZ

Hace algunas semanas comencé a leer el libro Stillness is the Key (la quietud es la clave) de Ryan Holiday.

Nel, el autor habla del gran valor de mantener el silencio en nuestras mentes para poder ser más productivos, más felices y enfrentar los retos con éxito.

Como parte de sus recomendaciones sugiere adoptar el hábito de escribir un diario.

Habla acerca de cómo grandes personalidades de la historia han debido parte de sus logros a la quietud y reflexión que da ese espacio de escritura diaria.

 Así que decidí probarlo...
Durante los últimos días, luego de haber leído esta parte del libro, he adoptado (aunque no todos los días) la costumbre de escribir por las noches.

Cuando comencé hacerlo me di cuenta que estaba escribiendo como si me preocupara que mi futuro yo leyera esas palabras.

Sin darme cuenta yo mismo estaba maquillando mis pensamientos para que fueran "políticamente correctos" para cuando los leyera en el futuro.

Estaba más preocupado por quedar bien en la historia que contaba que por permitirme liberar mis sentimientos con naturalidad.

Y me di cuenta de un hábito (más bien un vicio) que me controlaba: 

 Al preocuparme por cómo contaré mi historia, me desconcentró de vivirla en realidad.

Analizando este comportamiento me doy cuenta que es algo aprendido.

Nos han enseñado que quien tiene la historia más "heroica" es quien merece la atención y el reconocimiento.

Por ello, estamos hasta dispuestos a vivir situaciones más dramáticas con tal de poder contar la historia y ser reconocidos y admirados por ella.

Piensa en las historias de nuestra cultura que admiramos y recordamos:
 - Nelson Mandela que sufrió en la cárcel para liberar a Sudáfrica. 
 - Rocky Balboa luchando luego de estar prácticamente derrotado para ganar la pelea.
 - La persona que se sacrifica y sufre para que su familia salga adelante.
Todas ellas son historias de sufrimiento y redención.

Y contarlas y admirar a sus protagonistas no tiene nada de malo.

El problema viene cuando, para creer que merecemos un resultado, nos provocamos el sufrimiento.

Sólo para poder contar una historia verdaderamente heroica.

Recuerdo que alguna vez le dije a un maestro:

 "Siento que no he sufrido lo suficiente."

Todo esto sólo partía de mi deseo de tener una historia suficientemente romántica para contar en el futuro.

Reflexionando al respecto he aprendido que existen dos formas de vivir:

  1. "Vivir para contarla" (que por cierto es el título de la autobiografía de Gabriel García Márquez).

Es transitar nuestro camino pensando en cómo será percibido e inconscientemente guiándolo hacia una historia suficientemente dramática para ser contada.

  2. "Vivir para vivirla"

Es vivir sin estar preocupado por cómo se contará nuestra historia.

Es concentrarte simplemente en buscar el mejor camino para ti con autenticidad.

Así que, la decisión es tuya.

¿A partir de ahora vas a vivir "para contarla" o "para vivirla"?
Recuerda que para poder servir a otros, el primer paso es servirte a ti mismo y un elemento indispensable de ello es poder vivir tu realidad sin maquillar.a

Espero que esto te sirva.

Me encantará conocer tus comentarios y tu opinión al respecto (sólo responde a este correo).

Con cariño,

Carlos Agami

PD. Recuerda, servir es el camino...

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